Tenía
que pasar… la tercera temporada de Masters of Sex es la peor con diferencia de
la serie. Vaga por diferentes argumentos sin sentido buscando que al final todo
quede igual que al principio. Fue lo mejor de hace 3 años pero ahora es una más
del montón, llegando incluso al extremo del culebrón. Pasa de puntillas por el
momento social, uno de sus fuertes de antaño, pretendiendo sacar partido de
diferentes participantes en los tríos amorosos. Por supuesto, una norma no
escrita de las series implica que si se le da protagonismo a los hijos la serie
se echa a perder, cosa que sucede aquí. Una castaña de temporada, en resumen.
Imagen oficial de Masters of Sex |
Masters
se obsesiona con su proyecto de curar la impotencia masculina mediante el
método de parejas terapéuticas. Virginia se opone frontalmente a ello y Masters,
como es habitual, manipulará la situación hasta salirse con la suya. Esto
provocará, por un lado, el distanciamiento total de la pareja y por otro
problemas legales de todo tipo, poniendo el futuro de ambos en entredicho.
Sigue
siendo una de las mejores ambientaciones de las series de hoy en día, aunque ha
perdido el toque político-social dedicándose únicamente a cuestiones de
vestuario. Los personajes han perdido el encanto de antaño y la serie ha ridiculizado
su relación llevándola al terreo de la telenovela. Se nota que la serie se
propuso para una única temporada y sufre un desgaste brutal temporada a
temporada. Es una pena porque fue de lo mejor en su momento. Ahora mismo cuesta
ponerse a verla. En fin, fueron dos buenas temporadas y poco a poco tenderá a
desaparecer.
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