Fargo
inicia su segunda temporada de forma totalmente diferente a la primera. Opta
por un aroma vintage, muy setentero, contando la historia de cómo Lou Solverson
-padre de la policia protagonista de la primera- se enfrentó a una guerra de
mafias. Cuesta un poco pillarle el punto a un cambio tan radical, pero pronto
te haces y ya no la abandonas. Tal vez sobran cosas de los dos últimos
capítulos y deja todo demasiado inconcluso, pero en líneas generales es una
serie estupenda.
Imagen publicitaria de Fargo |
Peggy
Blumquist atropella al menor de una familia mafiosa después de que éste maté a
una juez. Esto desencadenará una serie de acontecimientos que llevarán a la
familia Gerhardt a pelear por mantener su territorio contra la mafia de Kansas
City. Todo ello se cruza en la vida de Solverson, un simple policía de pueblo
que deberá enfrentarse a una guerra en toda regla con medios más que
insuficientes.
Mientras
que la primera temporada fue un regalo, ésta tiene bastantes altibajos. Hay
momentos brillantes y otros simplemente absurdos e innecesarios. Aún así, la
serie brilla tanto en algunos momentos que se trata de un indispensable. Tal
vez no esté a la altura de su primogénita pero sigue siendo una gran producto.
Los actores son fantásticos y el montaje muy conseguido. El guión es un tanto
flojo y acaba dejando demasiados cabos sueltos. Deberías verla pero no pienses
que se trata del mismo Fargo.
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