Ya os hablé de la primera temporada de Ray Donovan. La serie
continúa excatamente igual. Sigue siendo un drama denso y excesivamente triste
y sigue plantenado los mismos dilemas morales. En esta segunda temporada se
clarifica un poco más la personalidad de Ray y su pasado, pero sigue exactamente
en la misma línea.
Imagen tomada de la página oficial de Showtime |
La primera temporada (¡atención, spoilers!), dejó a Ray
investigado por el FBI, al borde del divorcio y con su padre fastidiando todo
lo que toca. En esta segunda se centra casi exclusivamente en solucionar el
problema con su padre, a través de una solución drástica: que su antiguo socio
lo mate.
Ray comienza los capítulos con un problema y los acaba con
decenas, a cada cual peor. No te da un respiro. Su padre es un huracán con
tendencia a arrasar cuanto toca y sus hermanos no facilitan el asunto (un exalcohólico
con problemas mentales tras haber sido abusado y un enfermo grave de Parkinson
por una pelea de boxeo). Además debes sumarle un par de asuntos turbios (asesinato,
secuestro y un fugado del FBI) y se crea un infierno que sólo se come uno.
Te gustará si te gustó la primera temporada o si te gustan
los dramas densos. Por el actor ni te molestes, Liev Schreiber no consigue
cambiar su faz de Dientes de Sable ni riendo. Por los secundarios la cosa
cambia, son muy buenos en su trabajo. La serie en líneas generales es lenta y
triste, así que tú elijes.
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