lunes, 3 de agosto de 2015

Chuck (temporada 3)

Como no podía ser de otra forma la serie Chuck no mantuvo el nivel. Las dos primeras temporadas fueron un soplo de aire fresco, incluso tras revisionarla siete años después. En la tercera comienza el declive de la serie y ahora recuerdo qué me empujó a abandonarla.

Imagen oficial de Chuck

La tensión sexual, dicen los expertos, que mantiene viva una serie… cierto. Que Sarah y Chuck sean pareja hace que se pierda gran parte del encanto. Chuck era patoso y alejado de ser un hombre de acción, sus nuevos superpoderes de espía total tampoco ayudan al personaje a hacerse de querer. Humanizar a Casey es otro error y meter a Grimes con calzador humilla a los guionistas por echar mano de un recurso facilón.

Esta temporada se basa en que Chuck adquiere habilidades como karate, mecánica y demás parafernalia de espionaje gracias al intersec. Es aceptado oficialmente como agente y junto a un nuevo jefe de equipo, Daniel Shaw, y sus antiguos compañeros deberá enfrentarse a una nueva amenaza llamada el Anillo.

Los capítulos se basan casi toda la temporada en el ahora te quiero/ahora no de Chuck y Sarah, pasando a ser un culebrón ñoño e insoportable. Chuck, además, da bandazos inconsistentes sobre ser espía o no. Los capítulos cuentan con mayor presupuesto y pasan a ser más irreales cada vez, teniendo guiones dirigidos exclusivamente a adolescentes. El caso de la bella Yvonne Strahovski toca fondo, teniendo como mejor recurso para la serie hacerla salir en ropa interior casi todos los capítulos.

Me quedo con las dos primeras temporadas. La tercera no es muy buena, pero al menos entretiene, así que si quieres darle una oportunidad no sería considerado delito federal. Aún así se atisba una decadencia acusada. Seguramente veré las dos temporadas que quedan, pero con pereza… ya os contaré más.

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