Reza para que Llueva se aleja en su trasfondo de
los números anteriores de Fatale. Nos cuenta mucho menos de la brujería
asociada a la protagonista y del culto que la persigue y nos refleja mucho más
de ella. Jane -en este número- se siente abrumada por la maldición que la
persigue e intenta proteger a aquellos que la tratan bien. Aún así sigue siendo
portadora de funestas noticias a aquellos que la acogen.
Portada de la edición de Panini |
Este tomo está encuadrado en la época del grunge,
los 90. Un grupo con un único éxito vive horas bajas. Los coqueteos con las
drogas, la búsqueda de nuevas emociones y el fracaso están presentes cuando uno
de sus miembros conoce a Jane. Al entrar en sus vidas todo cambia y vuelve la
inspiración aunque a costa de vidas y muchísimos problemas.
Brubaker vuelve a dar en el clavo, pese a que
este tebeo es peor que los anteriores. Sus atmósferas opresivas siguen siendo
buenas y creo que lo que falla es el momento histórico elegido. Posiblemente
hubiese sido mejor los inicios del R&R, del blues o de la música disco. Aún
así sigue perfilando excelentes personajes y atrapando desde la primera página.
El dibujo, entintado y color siguen adaptándose
perfectamente a la historia, en un trabajo magnífico de Sean Phillips y David
Stewart. Permiten adentrarse en la historia, realzando las escenas más oscuras
y llevando a buen término el guión. La composición de las viñetas es adecuada y
no satura ni el texto ni el dibujo. Gran trabajo de éstos dos artistas. Por lo
demás y como hasta ahora, la edición española está muy bien en relación
calidad-precio. Tapa dura, buena impresión y traducción excelente. Fatale sigue
siendo una apuesta segura.
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