Otro
número escaso de Obertura que va desgranando por fin la historia que va a
contarnos. Esta vez trascenderá el entorno de los Eternos amenazando a la
propia creación. Gaiman afronta un proyecto ambicioso por dos motivos. Por un
lado nos vemos sometidos a la escasa tirada de 6 números (y veintipocas páginas
cada uno). Por otro se trata de una historia con muchas pretensiones que no acabo
de ver.
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| Portada de la edición de ECC |
Morfeo
se emprende un viaje junto a un gato y una niña. Va en busca de la guerra que
acabará con el Universo. La batalla enfrenta a dos bandos, aquél que quiere
destruir la creación -por diferentes motivos- y aquellos que aman la vida y
pretenden protegerla. Ambos bandos están compuestos por infinidad de facciones,
sin que se sepa aún qué tiene que ver Morfeo con ellas, cosa que deberá
descubrir.
Gaiman
opta sigue explotando su plan maestro, que sólo él conoce, y va desgranándolo con
cuentagotas. Este tercer tomo arroja un poco más de luz sobre la historia que
pretende narrar. Viene a repetirse la historia de Morfeo, un picha brava que
acaba poniendo en jaque a todo lo existente por su afán amatorio y sus
abandonos rápidos de parejas. Gaiman innova poco ahí, siendo un tema recurrente
en Sandman.
El
dibujo de John H. Williams III decae un tanto. Cada viñeta sigue siendo una
pequeña obra de arte, pero no son aptas para mucho texto, cosa que abunda en
este número. La cantidad de tipografía es mucho mayor que en las anteriores
entregas, siendo evidente que necesita comenzar a contarnos algo, pero eso
afecta negativamente al arte de Williams, comiéndole un espacio vital para los
detalles.
La
3ª entrega cuesta 1'95 € por 24 páginas. El precio es ajustado a su escasa
paginación. El papel es bueno y la calidad gráfica impecable. No hay propaganda
por las viñetas -mala costumbre que ECC debería abandonar-. En general, por
calidad-precio podemos darle un notable. Sigo a la expectativa de la gran
explosión que haga memorable la colección, pero la cosa se va dilatando en el
tiempo. Apunta maneras, pero vamos ya por su ecuador…
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