Los nazis, durante la 2ª Guerra Mundial intentaron invocar
el arma definitiva, Anung-Un-Rama, ser destinado a destruir el mundo.
Pretendían someterlo y utilizarlo para ganar la guerra, pero algo salió mal.
Fue rescatado por los aliados, que lo llamaron Hellboy, y entrenado para
proteger el mundo que debía destruir. Así pues, con él se fundó AIDP -grupo de
carácter mundial- para proteger a la humanidad de amenazas sobrenaturales.
Cartel de Hellboy tomado de la web oficial de Mike Mignola |
Mike Mignola era un afamado dibujante de cómics. Tras
diferentes etapas en Marvel y DC decidió crear su propio proyecto, Hellboy. El
mundo del tebeo debería estar eternamente agradecido por este paso. Mignola está
obsesionado con el ocultismo, las leyendas, el folclore más oscuro y demás temas
sobrenaturales. Tiene una capacidad de investigación tremenda, además de una
imaginación desbordante. Como dibujante era muy bueno, pero para Hellboy
decidió cambiar su estilo. Optó por algo más oscuro, gótico y de trazo mucho
más sencillo. Si unimos estos ingredientes, el cóctel resultante es excelente.
La edición integral publicada en España es cara, pero de
alta gama. Encuadernación muy buena, volúmenes de tamaño adecuado, papel de
calidad y cronológicamente bien estructurada. Los dos primeros tomos -dónde se
desarrolla la parte más conocida de Hellboy- son de imprescindible lectura.
Cómic en estado puro. Tal vez sobra la parte dibujada por Corben -que a mi
personalmente no me gusta como dibujante- y tal vez alguna de las historias
sueltas. El tercer tomo mejora sustancialmente en el dibujo, pero se tambalea
en cuanto a guión. Parece ser que el señor Mignola estaba muy ocupado con las
películas y la historia chirría un poco. Tiene giros inesperados, pero a veces
son demasiado fantasiosos -incluso para tratarse de un tebeo de Hellboy-. Aún
así, remata bien la historia.
Portada del cómic "Semilla de Destrucción", tomada de la web de Mignola |
En general, Hellboy sólo tiene un pero: al ser Mignola
dibujante y guionista, en ocasiones parece ser que no respeta su propio guión
-o tal vez ni siquiera exista-. Esto crea que el autor tenga clara toda la
acción, pero al lector, a veces le faltan un par de viñetas para digerirla mejor. Pequeños detalles a parte, Hellboy es un clásico por derecho propio.
Si te gustan los cómics, debes leer Hellboy.
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