miércoles, 21 de enero de 2015

Hellboy

Los nazis, durante la 2ª Guerra Mundial intentaron invocar el arma definitiva, Anung-Un-Rama, ser destinado a destruir el mundo. Pretendían someterlo y utilizarlo para ganar la guerra, pero algo salió mal. Fue rescatado por los aliados, que lo llamaron Hellboy, y entrenado para proteger el mundo que debía destruir. Así pues, con él se fundó AIDP -grupo de carácter mundial- para proteger a la humanidad de amenazas sobrenaturales.

Cartel de Hellboy tomado de la web oficial de Mike Mignola 

Mike Mignola era un afamado dibujante de cómics. Tras diferentes etapas en Marvel y DC decidió crear su propio proyecto, Hellboy. El mundo del tebeo debería estar eternamente agradecido por este paso. Mignola está obsesionado con el ocultismo, las leyendas, el folclore más oscuro y demás temas sobrenaturales. Tiene una capacidad de investigación tremenda, además de una imaginación desbordante. Como dibujante era muy bueno, pero para Hellboy decidió cambiar su estilo. Optó por algo más oscuro, gótico y de trazo mucho más sencillo. Si unimos estos ingredientes, el cóctel resultante es excelente.

La edición integral publicada en España es cara, pero de alta gama. Encuadernación muy buena, volúmenes de tamaño adecuado, papel de calidad y cronológicamente bien estructurada. Los dos primeros tomos -dónde se desarrolla la parte más conocida de Hellboy- son de imprescindible lectura. Cómic en estado puro. Tal vez sobra la parte dibujada por Corben -que a mi personalmente no me gusta como dibujante- y tal vez alguna de las historias sueltas. El tercer tomo mejora sustancialmente en el dibujo, pero se tambalea en cuanto a guión. Parece ser que el señor Mignola estaba muy ocupado con las películas y la historia chirría un poco. Tiene giros inesperados, pero a veces son demasiado fantasiosos -incluso para tratarse de un tebeo de Hellboy-. Aún así, remata bien la historia.

Portada del cómic "Semilla de Destrucción", tomada de la web de Mignola

En general, Hellboy sólo tiene un pero: al ser Mignola dibujante y guionista, en ocasiones parece ser que no respeta su propio guión -o tal vez ni siquiera exista-. Esto crea que el autor tenga clara toda la acción, pero al lector, a veces le faltan un par de viñetas para digerirla mejor. Pequeños detalles a parte, Hellboy es un clásico por derecho propio. Si te gustan los cómics, debes leer Hellboy.

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