Stormbringer nunca fue un juego de rol de referencia, pero tenía su encanto. Se basaba en los d100, es decir, en sistema porcentual de tiradas. Añadió bonus/malus que dependían de las características del personaje y un sistema de magia que acabas obviando por lento. Lo mejor del juego era su temática: los Reinos Jóvenes de Elric de Melniboné. Sinceramente, daba mucho más entorno el juego que las novelas.
Portada conseguida de chiripa navegando en la web |
De punto de partida poseía un sencillo manual de reglas con tres o cuatro partidas creadas. Poco bagaje. Además era sumamente difícil encontrar módulos, bastante escasos.Por contrapartida te ofrecía el multiverso de Moorckock y sus infinitas posibilidades. Se trataba de un juego muy destinado a masters creativos y con mucho tiempo libre.
El mundo en que se basa es brutal, con dioses y demonios campando a sus anchas por el mundo. Eso generaba muchos problemas a la hora de mentener con vida a los PJs. No se sabe por qué, pero los jugadores lo amaban y odiaban a partes iguales y a la vez. Fue un gran juego y perdió muchos enteros con su relevo Elric. Stormbringer fue otro de los grandes aciertos de Jocs Internacional que recordaremos con cariño.
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