La
caída evidente en la calidad de The Newsroom provocó su prematuro cierre. Las audiencias
abandonaron pronto la serie, dejándola sola en la parrilla en su 2ª temporada.
Los productores aún así se empeñaron en darle un cierre digno, con seis
capítulos en un tercer intento, y ni por esas. Simplemente sobró.
A
Neil le filtran miles de documentos clasificados del gobierno que dan fe de sus
intentos de desestabilizar Oriente Medio. Tras la pifia del caso Génova todo el
mundo va con pies de plomo para no volver a meter la pata. Por arte de
bibibirloque el tío Sam se entera y requiere a los periodistas para revelar sus
fuentes, cosa a la que se niegan, comenzando así una batalla legal.
La
tercer temporada huele a muerto más que a vivo. Cerrar tramas de forma obligada
no ayuda a que el telespectador guarde buen recuerdo. Hace tiempo que se intuye
como va a acabar pero no es necesario obligarnos a piruetas innecesarias que
cuadren el círculo. Por lo demás, como hasta la fecha, los actores son muy
buenos pero no consiguen reflotar un barco que se hunde. El guión flojea y la
producción/dirección hunde aún más a un guión flojo. Es toda una pena que
acabara así tras tan gran primera temporada.
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