Hay series memorables, series entretenidas y series para
olvidar. Californication es de las segundas. Trata sobre los excesos de
Hollywood y sobre cómo gente que apenas se esfuerza en tener dinero lo consigue
y malgasta sin mesura. Nos habla de estrellas del rock y cine, escritores,
productores, guionistas y agentes; sobre el consumo recreativo de drogas y
alcohol, sobre el sexo sin tabús... y sobre las relaciones de pareja
desestructuradas.
Imagen tomada de la web de Showtime |
Los capítulos duran unos veinte minutos (15 sin intro ni
resumen) y van sobre la vida de Hank Moody, el mejor escritor norteamericano de
su generación, que vive en permanente estado de crisis creativa. Tiene una hija
y una pareja con la que siempre acaba volviendo pese a sus incontables
escarceos amorosos.
Las cuatro primeras temporadas son un soplo de aire fresco.
Es una serie sin inhibiciones, con
conversaciones divertidísimas y gags memorables. Casi siempre consigue
arrancarte una sonrisa. Las dos siguientes (5ª y 6ª) se vuelven repetitivas y poco
atractivas, pero los capítulos son tan cortos que no llega a saturar. Lo mejor
de la serie son algunos de los personajes, como Charlie Runkle y su esposa o
Lew Ashby, que pese a la caída general de nivel siguen teniendo momentos de
genialidad.
Se trata de una serie para ver cuando dispones de poco
tiempo. No pretende llegar a ser de culto, simplemente entretener. La típica
serie que puedes seguir mientras esperas algo mejor (como pasa con Big Bang,
los Simpson o Modern Family). Eso sí, sólo para adultos, ni se os ocurra verla
con niños alrededor.
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