Modern Family es una comedia estadounidense que nos presenta
a la familia Pritchett. Por un lado tenemos al patriarca, Jay, casado con una
colombiana que tiene un hijo de una relación anterior; por otro tenemos a su
hijo Mitchell, gay y que vive con su pareja; y, ya por último, su hija Claire,
prototipo de la típica familia americana.
Imagen tomada de la web de ABC |
La serie se basa sobretodo en los cambios que se están
produciendo en la sociedad y cómo éstos chocan con el clásico estilo de vida
americano más tradicional. Jay es el sueño americano hecho realidad: empresario
hecho a sí mismo, que comenzó desde cero y luchó en Vietnam. Sorprendentemente
se casa con una despampanante colombiana con la que hay inmensidad de gags
relacionados con el choque de culturas, tan en boga últimamente.
Otro de los puntos fuertes es el hijo gay y su relación con
Cameron -lo mejor de la serie-, su novio. Jay intenta aceptarlo, pero siempre
surgen los "y qué dirán" y los viejos tópicos de sexagenario muy
masculino.
En líneas generales, la serie posee un humor muy inteligente
y refinado. No esperes grandes carcajadas, pero sí una sonrisa continuada a lo
largo de cada capítulo. Jamás tiende al gag fácil y, pese a situaciones
descacharrantes, nunca tiende a la sencillez. La serie es de un buen gusto
abrumador. Debes tenerla disponible en tu parrilla sí o sí.
De momento se está emitiendo la sexta temporada. Las cuatro
primeras son magníficas, de calidad sobresaliente. La quinta temporada dio síntomas
de desgaste, pero aguantó el tirón bastante bien. La sexta está resultando
bastante floja. Es muy difícil mantener un nivel tan alto tanto tiempo. Además,
hay evidentes problemas de edad, toda serie que empieza con niños pequeños corre
el grave riesgo de que pierdan su encanto al crecer y Modern family no ha sido
una excepción. Luke y compañía no han llevado bien la pubertad y han perdido
mucho encanto. Os doy un consejo: visionad como mínimo las cuatro primeras
temporadas. No os arrepentiréis.
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