viernes, 1 de mayo de 2015

La Broma Asesina

Todos conocemos a Alan Moore, o al menos deberíamos. Es un genio pero con un punto de vista tan personal y diferente que lo que toca lo cambia irremediablemente. Consiguió un número de Batman, cosa normal, pero lo que es extraño es que consiguiera bastante libertad para hacer lo que quisiera con los personajes. Así que hizo lo que mejor sabe, cambiar la historia para siempre.

Portada de la edición de ECC

Hasta La Broma Asesina, el Joker había sido hasta la fecha un desconocido y Moore le dio identidad, grave error para mi gusto por muy genio que sea A. M. y, además, cambió a un personaje para siempre (¡atención, spoilers!) transformando a Batgirl en Oráculo tras una sesión de tortura y disparos. Sólo un genio o un loco podría haber hecho eso.

El tebeo en sí a mi no me llenó, pero es evidente que significó un antes y un después en Batman. Oscureció al personaje hasta lo que es hoy y lo dotó de mayor profundidad. Mejoró sustancialmente al Joker, pasando de payaso a psicópata, cosa que se agradece. Sin Moore, la segunda película de Batman de Nolan no habría tenido a un Joker tan brillante.

Debes leer este cómic. Pese a que a mí no me gustase hay que reconocer el punto de inflexión tan importante en la serie. Es un clásico para los críticos y está en todos los listados de los mejores cómics de la historia… por algo será.

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