Todos conocemos a Alan Moore, o al menos deberíamos. Es un
genio pero con un punto de vista tan personal y diferente que lo que toca lo
cambia irremediablemente. Consiguió un número de Batman, cosa normal, pero lo
que es extraño es que consiguiera bastante libertad para hacer lo que quisiera
con los personajes. Así que hizo lo que mejor sabe, cambiar la historia para
siempre.
Portada de la edición de ECC |
Hasta La Broma Asesina, el Joker había sido hasta la fecha un desconocido y Moore le
dio identidad, grave error para mi gusto por muy genio que sea A. M. y, además,
cambió a un personaje para siempre (¡atención, spoilers!) transformando a
Batgirl en Oráculo tras una sesión de tortura y disparos. Sólo un genio o un loco
podría haber hecho eso.
El tebeo en sí a mi no me llenó, pero es evidente que
significó un antes y un después en Batman. Oscureció al personaje hasta lo que
es hoy y lo dotó de mayor profundidad. Mejoró sustancialmente al Joker, pasando
de payaso a psicópata, cosa que se agradece. Sin Moore, la segunda película de Batman de
Nolan no habría tenido a un Joker tan brillante.
Debes leer este cómic. Pese a que a mí no me gustase hay que
reconocer el punto de inflexión tan importante en la serie. Es un clásico para
los críticos y está en todos los listados de los mejores cómics de la historia…
por algo será.
No hay comentarios:
Publicar un comentario