martes, 26 de mayo de 2015

Memorias del Hielo

Memorias del Hielo es la tercera entrega de la saga de Malaz. No es mejor que Los jardines de la Luna, ya que es menos novedosa y sorprende menos, pero es muchísimo mejor que Las puertas de la Casa de la Muerte. Al enfrentarte a ella, si has leído las primeras entregas, ya conoces a los personajes, cosa que no sucedía hasta la fecha. Es evidente la gran ventaja que supone. Aún así, la gran cantidad de tramas, pese al nexo común, y de protagonistas hace que de vez en cuando debas parar para resituarte en la historia.

Portada de la edición de la Factoría de Ideas

El imperio se enfrenta a una nueva amenaza, el imperio Painita. Los painitas están gobernados por el vidente, un ser cruel que no duda en matarlos de hambre para que arrasen el mundo a través del canibalismo. Además, un nuevo Puño, Coltaine, será el encargado de defender a los refugiados de la barbarie Painita, llevándolos hasta lugar seguro, aún a costa de su vida.

La novela es magnífica, pero muy dura. Los actos caníbales, la aparición de necromantes, la crueldad de los generales painitas, etc. no permiten su lectura por parte de estómagos débiles. Los personajes, ya conocidos, han madurado de forma excelente de la mano de Erikson y las tramas siguen siendo tan complejas como en la primera entrega. Erikson aprendió de los errores cometidos en Las puertas de la Casa de la Muerte y no permite que la narración se le escape de las manos como en aquella.

Excelentes son los capítulos dedicados a Coltaine, sobre todo los últimos, y los que dedica al binomio Whiskeyjack-Rake. Hay momentos de sorpresa mayúscula, como si se tratase de Juego de Tronos, y la narración es muy madura. Sobresaliente novela, aunque sea recomendable pasar antes por las dos anteriores, que te aportará decenas de horas (864 páginas bastante densas) de lectura.

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