Tim Powers tiene mucho crédito en el mundo literario. No se
suelen encontrar malas críticas a su obra pero yo, tras varias oportunidades (La
Última Partida, Esencia Oscura, En Costas Extrañas y Declara), no le acabo de
encontrar el punto. Lo único me ha convencido un poco, junto a La Última
Partida, ha sido Cena en el Palacio de la Discordia.
Portada obtenida de la web The works of Tim Powers |
Trata de un futuro postapocalíptico, en el que una secta
está secuestrando a jóvenes para integrarlos en su seno. Greg Rivas, exmiemro
de la secta y uno de los pocos que ha conseguido desvincularse, es reclutado
por un rico hacendado para que rescate a su hija de sus garras y emprenderá un
duro viaje a través de esta distopía.
Powers tiene un estilo complejo, que da muchas vueltas antes
de abordar el tema principal de las historias. Divaga durante páginas y páginas,
desubicando al lector. Amante de las descripciones minuciosas, Powers me aburre
solemnemente al no ver nunca un atisbo de final en sus tramas.
Cena se aleja un poco de su estilo habitual. Va al grano,
aunque la historia dé continuos bandazos, e intenta esforzarse en que no
perdamos el hilo. Es cierto que el escenario está poco trabajado para lo que es
habitual en él, pero también es evidente que la narración gana mucho en
soltura.
La historia es bastante original, con un desenlace
inesperado. Avanza a buen ritmo y aparecen personajes bastante interesantes. No
es un libro de relumbrón, pero entretiene y eso, al final, es lo más
importante. Si no tienes nada que leer
actualmente, puedes darle una oportunidad. No esperes grandes cosas, pero tiene
lectura fácil y es bastante ameno.
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