jueves, 26 de febrero de 2015

El Hobbit

Peter Jackson es un tahúr, así que si jugáis al póker en su misma mesa mejor os levantáis y os vayáis antes que os desplume. Sólo así puedo explicarme que de un libro de mil y pico páginas (El Señor de los Anillos) pueda sacar 560' de metraje y de otro de 300 y pocas (El Hobbit) obtenga 474'. ¿Truco de prestidigitación? ¿Juego de manos? No, es un farol en toda regla y por eso el resultado es el que es, mucho ruido y pocas nueces.

Imagen obtenida de la web oficial

Las dos primeras películas del Hobbit apenas se sostienen en total por dos escenas: la persecución del Rey Trasgo y la conversación de Bilbo con Smaug. Del resto mejor no hablar. Visualmente espectacular -el mucho ruido- y montaje lamentable, con enormes lagunas y pérdidas de metraje en tonterías que no interesan a nadie excepto al propio Jackson -las pocas nueces-.

El director se toma excesivas libertades y mete con calzador a Orlando Bloom, actor mediocre que no aporta nada de nada al film. Pretende, además, vender a través de efectos especiales y fuegos artificiales unas escenas de acción terriblemente infantiles y excesivas, que sobrecargan demasiado la película. Si restas las dos escenas mencionadas antes, son horas de decepción tras decepción.

Imagen obtenida de la web oficial

La tercera película ya es harina de otro costal. Tras los terribles errores de guión y el remate de un montaje lamentable de las escenas, sorprendentemente Jackson vuelve a ser el del Señor de los Anillos y cierra realmente bien la historia. Sigue siendo visualmente espectacular, pero parece tener un propósito claro y la acción ya no es tan absurdamente innecesaria. Para mi gusto Mr. Bloom sigue siendo un lastre (no sé que le verá Jackson a este actor), pero es un mal menor. En fin, al menos me quitó el mal sabor de boca.

En líneas generales, la trilogía es espectacular visualmente y lamentable como entretenimiento. Por desgracia pretendes volver a ver el Señor de los Anillos -producto maduro y bien ejecutado- y acabas viendo una película para niños. Durante el montaje Peter Jackson no se ha ganado el sueldo y posiblemente, junto a King Kong, éste haya sido uno de sus peores trabajos. A él supongo que le dará igual, ya que ha cobrado nuestras buenas tres entradas. A mí no me lo da porque sólo he disfrutado una. Eso sí, de la duración no me podré quejar: unas 8 h que se te hacen como 24…

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