Los Libros de Muerte

El Dr. Doom es, probablemente, el mejor malvado que ha creado Marvel en su historia, o al menos el más clásico de ellos. Ha sido el único que se ha peleado con todos los superhérooes en todas las colecciones y grandes sagas. Magia negra y tecnología mezcladas con un único fin, dominar el universo.

Imagen de la portada tomada de Panini Comics

Cuando un guionista se enfrenta a un encargo que desgrane la vida, obra y milagros de un personaje de estas características debe considerarlo un honor y un marrón a partes iguales. Por un lado, definir el pasado de un top de los cómics permite ser parte de los elegidos y considerarse parte de la élite de los guionistas. Por otro, cualquier error te marcará de por vida.

Ed Brubaker escribió Los Libros de Muerte a su gusto, con absoluta libertad. Con Brubaker tengo un serio problema. Me parece un guionista excelente, que desarrolla francamente bien las historias, pero que se come las páginas con detalles excesivos. En condiciones de proyectos propios, sin limitación de páginas -caso de Fatale-, eso está muy bien. Con longitud reglada, ya no tanto. El bueno de Ed siempre tiene que rematar sus historias en un breve par de páginas, dejando un regusto amargo por su premura. Buena presentación, magnífico nudo y eyaculador precoz en sus desenlaces.

Los Libros de Muerte no son una excepción. Es un buen cómic, que define bien a Víctor Von Doom. Tal vez sería necesario un poco más de profundidad en su relación con Reed Richards, fundamental en el universo Marvel, pero en líneas generales le toma muy bien el pulso al personaje. El final, como siempre, es demasiado precipitado, pero aún así sorprendente. Un par de páginas más y Brubaker hubiera acertado al 100%.

La edición de Panini es acorde con su precio (unos 9 ó 10 €): tapa rústica y papel decente. El dibujo es un lastre. Deberían haber contado con una estrella. Así a bote pronto se me ocurren unos diez dibujantes muchísimo mejores que Pablo Raimondi, y más si contamos con el estatus de Doom en Olimpo de Marvel. Como entretenimiento, el cómic está bastante bien, pero si sopesamos el cariño que despierta el personaje en los lectores le falta algo.